Gustav - Otra vida desperdiciada

Thursday, October 25, 2007

En estas elecciones....



...ya saben a quien votar.


Monday, October 22, 2007

Informe sobre Sarrios

Todo comenzó hace unos meses, cuando mi amiga L me avisó que venia para Buenos Aires por el fin de semana a tomar unas clases de danza. Al menos eso me dijo, viendo las cosas en retrospectiva me doy cuenta que en ese momento debería haber sospechado algo, ¿qué clase de excusa era esa? ¿quién viene a Buenos Aires por eso?
Yo había tomado contacto con los primeros datos acerca de los Sarrios unos pocos días antes, estaba seguro que la llamada de mi amiga no podía ser casual. Ahora no me quedaba ninguna duda de que yo estaba siendo vigilado por fuerzas sarrias, lo que realmente me sorprendía era el poder de estos, de que forma tan cercana y tan sutil operaban.
La llamada llegó por la madrugada, empezaba a amanecer. Por suerte, o por alguna especie de poder benéfico yo no me había acostado. Me dijo que iba a quedarse en un hotel de Hipólito Yrigoyen al 300 y acordamos encontrarnos en el Cabildo para ir a desayunar. Yo salí solamente con mi paraguas con la idea de protegerme de una eventual lluvia que el cielo parecía anunciar, debería haber estado mejor preparado, me tomaron por sorpresa. Debería haberme preparado para ser observado, largamente, en aquella esquina.
Después de haber buscado inútilmente más datos sobre los Sarrios en cuanta enciclopedia tenía a mi alcancé comencé a darme cuenta del verdadero poder de estos. ¿Cómo sino podrían mantenerse durante los siglos en total hermetismo? Solo un dato perdido y casual pude encontrar en una antigua publicación científica que indefectiblemente los ligaba con los últimos alquimistas.


En las tablas de logaritmos sarrias figura log(0). Este dato fue obtenido
empíricamente redondeando raices cuadradas a -273 º C.


Mi amiga se disculpó por el supuesto error en la dirección del hotel. Tuve que caminar hasta Piedras lo cual me ayudó a tranquilizarme y a prepararme mentalmente para el encuentro. No debía mostrar debilidad, tenía que desenmascararla inmediatamente. Pero nuevamente mi poderoso enemigo me demostró lo incapacitado que estaba yo para derrotarlo. Mi amiga no había venido sola, quiso hacerme creer que su acompañante era una amiga de danza que venía a tomar las clases con ella. Esto en parte me tranquilizó, significaba que L no era una agente sarria mayor sino solo un instrumento más de sus fuerzas, y que, como solo un contacto conmigo, debía ser supervisada.
Fuimos los tres a tomar un café. Yo sabía que en esa conversación aparentemente casual me estaban estudiando de la misma forma en la que yo las estaba estudiando a ellas. Así que en un instante de coraje saqué el tema. Les conté lo que había leído de los Sarrios y por supuesto fingieron no conocerlos. Pude percibir que en ese momento cruzaron una rápida mirada como dos cómplices a punto de cometer un crimen, pero lo que realmente las delató fue la gracia exagerada con que lo tomaron. A partir de ese momento casi no se habló de otra cosa y cuando ya estaban a punto de retirarse por lo avanzado de la hora y el cansancio del viaje L me dio un dato más. Un dato clave que ahora interpreto como una advertencia.

Cuando a un sarrio le preguntan la hora por la calle
responde inmediatamente y sin error sin mirar el reloj.


Solo había encontrado a un personaje relacionado claramente con los Sarrios, el mismo descaradamente se autonombraba 'Lord of Sarrios'. Obviamente se trataba de un simple mortal, si él mismo hubiese sido un sarrio yo jamás podría haber descubierto lo que más tarde me condenó para siempre.
Al día siguiente L me citó en un bar de la avenida Corrientes advirtiéndome que no podía quedarse mucho tiempo más. Esto solo podía significar dos cosas, las fuerzas Sarrias se estaban moviendo con rapidez y mi suerte ya estaba echada ó ella había decido traicionarlas. Al llegar tuve la certeza de estar condenado, la dirección del bar me había resultado familiar y ahora entendía por que, el lugar donde estaba esperándome era justo sobre ese antro del que alguna vez habíamos hablado, “El Averno”. Sin embargo al entrar la encontré sola, esto me dio alguna esperanza y suficiente fortaleza como para continuar con mi plan.
Sin duda estaba apenada o preocupada. Cualquiera podría haber pensado que esto se debía al tener que partir tan rápidamente, pero yo sabía lo que estaba pasando. Súbitamente no pude soportar más esta situación, tenía que terminarla aunque esto significara un final trágico. La tomé de la muñeca y le dije todo lo que había averiguar. El rostro de L se transformó en una fría máscara de pánico, dirigió una rápida y sutil mirada hacia su derecha como indicándome que aún en ese momento estábamos siendo vigilados e inmediatamente recuperó la compostura. Entonces se levantó con una banal excusa de despedida, como si lo que acababa de pasar perteneciera a otra realidad sin ninguna relación con esta, pero al besarme puso un pedazo de papel en mi mano.
Apenas salió pagué la cuenta y me dirigí lo mas rápidamente posible a mi departamento. Al llegar cerré cortinas y persianas, trabé la puerta de entrada y me encerré en el baño. Solo así me sentí lo suficientemente seguro como para sacar el papel de mi bolsillo y leerlo. El mensaje era breve pero inequívoco.


Chuck Norris solo le teme a los Sarrios.


El circuló se cerró en ese momento. Mi vida pasó a valer menos que ese pedazo de papel. Yo mismo, como ella, me convertí en un instrumento de los Sarrios. Mi última tarea es escribir lo que sé.



Monday, October 01, 2007

Echarlo Atrás