Gustav - Otra vida desperdiciada

Wednesday, June 22, 2005

Augusto Larreta

Hace poco tuve la oportunidad de cruzarme con Augusto Larreta, me soprendió mucho verlo pero me sorprendió mucho mas que al comentar este encuentro con algunos amigos pocos lo conocian. Intenté encontrar alguna fotografía de él en internet y descubrí que casi no existe información sobre este hombre. De modo que, como no puedo permitir semejante injusticia, voy a contar los pocos datos biográficos que conozco yo, ya que vengo, casi por casualidad, siguiendo su carrera desde hace años.
Muchos quizas lo recuerden como actor, a pesar de que trabajó en muchas peliculas de distintos géneros, sus mas memorables papeles los realizó en las peliculas de Porcel y Olmedo, en las que siempre personificaba a un macanudo que repetía cosas como "¡que chucho Manucho!", o "como dijo Don Ernesto, ¡que molesto!". En esta clase de papeles solia estar acompañado por Javier Portales que hacia un papel similar. Despues de un tiempo me enteré que se habia convertido en seminarista y habia tomado los hábitos. En ese momento me pareció poco creible porque es raro que un actor se convierta en cura; pero mi incredulidad se cayó de sentada el día que lo ví con su correspondiente cuello blanco dando unas palabras finales al cierre de transmición de un canal (canal 9 me parece). Esto no duró mucho, despues me enteré por que. Augusto nuevamente habia dejado los hábitos para, esta vez, convertirse al induismo; tengo un vago recuerdo de haberlo visto aparecer en un foro televisivo con el tercer ojo pintado en la frente.
Durante bastante tiempo le perdí el rastro, hasta que un día, en el que por distracción estaba cerca de la sección de discos infantiles de musimundo encontré un CD para chicos grabado por él. Un amigo mío quizo comprarlo en otra sucursal, no lo tenian; me encargó a mi que se lo compré, pero cuando volví a ese musimundo ya no lo tenian. Asi nos perdimos de tener esta invaluable obra artistica de colección.
No habia vuelto a saber nada de él hasta este cruce reciente en un café. Despues de esto, y para poder ilustrar mejor a mis amigos sobre la vida de este hombre estuve investigando un poco más y encontré que estuvo defendiendo la Catedral de Buenos Aires desde dentro de una manifestación que queria tirar las puertas abajo, y que el año pasado (2004), escribió, dirigió y protagonizó una obra de teatro.

Asi que aquí está, este pequeño homenaje ya que no existen otros, esta exigua biografía de este Leonardo DaVinci contemperaneo y Argentino. Esten atentos porque en cualquier momento vuelve a aparecer con nuevas virtudes, quizas en el Centro Cultural Recoleta con una exposición de pinturas, con la invención de un motor a hidrógeno ó tallando esculturas de hielo en el glaciar Perito Moreno. Con Augusto Larreta solo se sabe una cosa, mas tarde o mas temprano siempre vuelve a la actuación. ¡Que gusto, Don Augusto!


Tuesday, June 14, 2005

El cajón de "Cosas que algún día pueden servir para algo"

Muchas mujeres critican a los hombres por juntar basura, por llenarles la casa de cosas inútiles que encontraron por la calle, o por guardar cosas rotas que ya no cumplen su función. Está muy claro que están completamente equivocadas, y esto sucede porque tienen una idea equivocada de lo que es la basura, asumen que, como la energia en la física, existe un elemento entrópico en la basura; pero no es asi. El concepto es muy simple, todos sabemos que las cosas que usamos tienen una vida util, se rompen y en ese momento se convierten en basura, pero lo que solo los hombres parecemos saber es que estos elementos pueden algun día dejar de ser basura para ser utiles nuevamente. El elemento útil que se convierte en basura puede volver a ser un elemento útil bajo una nueva forma. Por ejemplo, ese viejo estuche de unos anteojos de sol de imitación terciopelo que ahora quedó abandonado porque los anteojos se rompieron puede convertirse en una billetera secreta agarrada con un alfiler de gancho en la ropa interior (especialmente práctico para cuando hay que transportar con uno cantidades superiores a los 50$).
Yo me he tomado la libertad de llevar este concepto un poco mas lejos y tengo un cajón de mi placard especialmente rotulado como "Cosas que algun día pueden servir para algo", debo confesar tambien que este cajón tiene algunas pequeñas sucursales por distintos ricones de la casa. Pero ahora voy a ocuparme de este cajón principal, detallando su contenido:

  • un hilo negro [ potencialmente el hilo que sostendrá algún colgante para alguna mina]
  • tres pares de anteojos negros rotos [ algún día emergerá un par nuevo o salvarán otro par como donantes ]
  • los aparatosos estuches de los antedichos anteojos [ practicamente cualquier cosa se puede guardar ahi ]
  • un par de anteojos negros muy pasados de moda [ puede volver la moda retro ]
  • una bolsa con papeles que tienen anotaciones mias [ algún día voy a recordar que anoté algo importante ahí y voy a estar feliz de no haberlo tirado]
  • una bolsa con volantes varios [ alguna vez me van a servir para dar testimonio de que estuve en alguno de los lugares en donde me dieron esos volantes ]
  • un estuche de reloj [ el día que logre abrirlo voy a guardar algún reloj ahí ]
  • unas credenciales de exposiciones en las que participé [ algún día me pueden servir para entrar de colado como falso expositor a alguna exposición ]
  • una lapicera que no anda [ algún día van a volver a fabricar el repuesto de esas lapiceras ]
  • una libreta con teléfonos viejisimos [ uno nunca sabe con quien se puede volver a cruzar por ahí y querer volver a llamarla, y ademas darse el lujo de decir "tu telefono? si, por supuesto que todavia lo tengo" ]
  • un monton de papeles sin clasificar [ algún día me voy a jubilar y me entretendré clasificandolos ]

Basicamente ese es su contenido, sin entrar en mucho detalle ni mencionar un montón de artículos mas pequeños como clables, resortes e imanes, que andan sueltos por ahi. Al menos creo que la idea está clara, y quedó sobradamente demostrado que sería casi un crimen imperdonable deshacerse de todas estas cosas. Solo basta imaginarse el sufrimiento de una persona que despues de haber tirado descuidadamente una virome BIC porque no andaba necesite rebobinar un cassette o rascarse una oreja.