Gustav - Otra vida desperdiciada

Friday, December 21, 2007

Querido Papá Noel...

Se que este año no me he portado muy bien... bueno, ni siquiera me he portado bien, y no solo este año sino que mi conducta deja bastante que desear desde hace rato. Pero creo que no hace falta que te lo aclare, vos me conocés bien desde chico y ya sabes como soy. También sabes que, en parte debido a este comportamiento, tampoco he sido muy pedigüeño. ¿Cuándo fue la última vez que te pedí algo? ¿Qué tendría yo? ¿Ocho años? Ya ni me acuerdo.
En fin, no quiero andar con muchas vueltas, el asunto es que este año quería pedirte algo, es una pavada y te juro que no te molestaría si no fuera porque lo estuve buscando por todos lados y no lo consigo. En una de esas, como se que vos tenés cierto acomodo con el gremio de los jugueteros, por ahí lo podes conseguir. Es esto:



(te lo pongo con foto y todo para que no te equivoques y me traigas "por error" algo parecido pero más barato como ya ha pasado.... está bien, no te preocupes, todo eso quedó en el pasado)

Ya sé lo que debes estar pensando "¿Pero este no está grande ya como para muñecos de spider-man?". Y... si... cierta razón tenés. ¿Pero viste lo que es? ¡Es magnético! Tiene imanes en pies y manos, así que lo podes pegar en cualquier lado, hacerlo trepar por la heladera, por la CPU! Ni te puedo decir todas las cosas que se me ocurren!
Además pasa otra cosa, hace unos años mientras paseaba por Brasil lo tuve en mis manos y no lo compré, ¿viste como es esto? dudas, decís: "No, que me lo voy a comprar ahora, me lo compro después en Argentina, seguro que va a estar". Pero no, al final te matas buscándolo y no aparece por ningún lado. Si, ya sé, no aprendo más, siempre me pasa lo mismo; y lo peor es que cada vez que me pasa digo que es la última vez, que cuando vea algo que me guste me lo voy a comprar y listo. Mejor dejémoslo ahí.

Bueno, era eso nada más. Eso y otra cosita que quería decirte desde hace rato pero que no encontraba oportunidad. Después de tanto tiempo te perdono por algunos de los juguetes pedorros que me trajiste. Yo pensaba que me traías el más barato para conformarme pero ahora que tengo oportunidad de ir a las jugueterías con el poder de comprar cualquier cosa me doy cuenta que casi todos los juguetes son una porquería. ¿Qué se piensan los fabricantes de juguetes? ¿Qué los chicos somos estúpidos? ¿Qué no nos damos cuenta que el traje que le pintaron al muñeco no tiene nada que ver con el del spiderman que vemos en la tele? Y ni hablar cuando, por ejemplo, nos quieren vender un spiderman en moto... por favor, ¿cuándo lo vieron a spiderman en moto? Es casi insultante.

Ahora si te dejo, no te jodo más. Me imagino que esta época debe ser un infierno con los problemas de administración y distribución que debes tener. Nos vemos mañana, o mejor dicho no nos vemos ;-)
Ya sé lo tímido que sos.


Monday, December 03, 2007

El acto de los cuchillos asesinos

Recuerdo aquella navidad en la que me corte el dedo. Yo para todas las fechas festivas como año nuevo, navidad, cumpleaños, aniversarios, etcétera realizo el acto de los cuchillos asesinos. Acto que vengo realizando desde hace varios años y a decir verdad creo que es el único motivo por el que me invitan. Este acto consiste en tomar 12 cuchillos en una mano y 11 en la otra e ir arrojándolos de a uno al aire hasta que los 23 estén en movimiento.
En aquella navidad, habiéndose acabado toda la bebida, me pidieron que ejecutara "El Acto de los Cuchillos Asesinos" a lo cual accedí gustoso (para que me sigan invitando). Así los cuchillos se fueron elevando de uno en uno y cuando hubo 22 en el aire,... faltando solo uno... el cuchillo número 18 se me incrustó en el dedo mayor de la mano izquierda.
Yo me encontraba a la cabecera de la mesa y el chorro de sangre atravesó la habitación hasta la pared que me enfrentaba. Salpicó en la cara a varios invitados que vomitaron inmediatamente, y dos o tres personas que se encontraban masticando turrón se lo escupieron encima por adoptar una actitud solidaria.
Mi tío, dueño de la casa, llamó de inmediato a la unidad coronaria que aprovecha usar con cualquier accidente ya que su familia goza de perfecta salud. Al llegar la unidad coronaria, los médicos me dieron unos masajes cardiovasculares y algunos electroshocks, luego se disculparon pues debían irse al momento para atender a dos quemados con pirotecnia y a un hombre con un corcho de sidra en el ojo.
Por eso es que desde entonces no me invitan a ninguna fiesta, y quería aprovechar para preguntarles... ¿Puedo pasar la navidad con alguno de ustedes? Eso si, no me pidan que empiece a revolear los cuchillos, ahora mi acto se llama "El Acto de las Cucharas Asesinas".